domingo, 23 de enero de 2011

Un Adiós a un amigo....


Ya tengo 50 años, voy camino a los 51 y saben que... Estoy perdiendo amigos... Amigos cuyo valor, si se pudiera expresar en moneda tendrían 6 ceros como mínimo y hablamos de millones, entonces... Es una pérdida incalculable, al ser gente de un inmenso valor.



Esos amigos, son los padres de mis amigos. Gente muy correcta que supo formar y criar a sus hijos y uno que observaba como lo hacía, con la debida discreción, pero lo veía, había amor y rectitud, un doctorado con estilo, un master de masters... Y vaya que lo logró.


Hace una semana tuve la oportunidad de conversar con él, había un brillo de orgullo al hablar de sus hijos, de uno en especial y de los 5 que tuvo con su Laurita de toda la vida, hay dos que son como mis hermanos y eso que tengo como 300 y tantos del Colegio, pero ese es otro tema. Ese día le dejamos saludos para los suyos, obviamente que cumplió con las entregas correspondientes como todo caballero. Nunca pensamos que pudiera pasarle algo, pero la vida es así. Los grandes son llamados al lado del Señor, cuando menos lo pensamos, por eso debemos escucharlos, atenderlos, apoyarlos, abrazarlos, ahora en este momento, ya.... Porque no somos eternos, sólo dejamos el recuerdo y las anécdotas para que nos recuerden, los escritos para que mañana más tarde nos descubran y sientan nostalgia, pero alegría, ya que dejamos algo para la posteridad...

Y Don Danilo lo hizo, dejó un recuerdo imborrable... No sólo en los hijos, o la esposa amada, están los nietos, los bisnietos y los amigos, todos aquellos que se identifican, que lo apreciaron, valoraron, que lo conocieron, que con gusto lo saludaban por la calle, que lo conocían y que sabían de él ( ahí me incluyo), etc. Y queda en el recuerdo de todos, por su don de gente y caballero, por eso las gracias...

Descanse en paz, Don Danilo, todo un caballero y un Señor.

Un abrazo de un amigo de sus hijos y que lo tenia por amigo a Usted, también.